ENTREGA TOTAL 1/3

P. Fernando Torre MSps

Entrégate hoy al Señor

«Entrégate hoy al Señor incondicionalmente, toda, sólo y siempre para Él, permaneciendo en su amor. Hay que dejar de existir, y darle a Jesús no sólo las flores y las ramas, sino el tronco y la raíz»1.

Con cinco adverbios, Concepción Cabrera, experimentada mistagoga, le hace ver a Teresa de María cómo debe ser su entrega a Dios2.

«Incondicionalmente». Si Dios nos pide entregarle algo o entregarnos a nosotros mismos, no debemos ponerle condiciones: «Te seguiré, Señor, pero antes permíteme que…» (Mt 8,21); «¿qué vamos a recibir a cambio?» (Mt 19,27).

«Toda». Es fácil entregar una parte3 de nuestra persona; Dios nos pide todo4. Ejemplifiquemos esta entrega total con tres objetos5. Cartera: darle nuestro dinero, posesiones y todo lo que consideramos nuestro, incluyendo capacidades y conocimientos. Directorio: darle las personas significativas, nuestros afectos y relaciones. Agenda: darle las actividades que programamos, la manera de invertir nuestro tiempo, nuestro futuro.

«Sólo». No podemos darle algo a Dios, y al mismo tiempo a otra persona. La entrega total es excluyente: «No tendrás otros dioses además de mí» (Ex 20,3). Querer servir a dos señores es causa de tensión, cansancio, frustración (cf. Mt 6,24).

«Siempre». Si damos algo sólo por un tiempo, en realidad no lo damos, lo prestamos. La entrega total pide continuidad en el tiempo. Muchos están dispuestos a hacer algo por un tiempo; pocos, a hacer algo «todos los días de mi vida»6, «para siempre»7. Si ofrecemos algo a Dios, pero secretamente nos reservamos el derecho de recobrarlo, ese ofrecimiento es falso, hipócrita.

«Hoy». Es el primero de los adverbios. Si hemos visto con claridad lo que Dios nos pide, si el Espíritu Santo nos impulsa a entregarnos, no lo dejemos para mañana: «hoy es el día de la salvación» (2Co 6,2).

1 Carta escrita el 23 oct 1911, en Cartas a Teresa de María, México 1989, 115

2 En este artículo comentaré sólo la primera parte del texto; en otros dos artículos comentaré el resto.

3 Ananías y Safira entregaron a los Apóstoles una parte del producto de la venta de una propiedad (cf. Hch 5,1-11).

4 La viuda del evangelio dio como limosna «todo lo que tenía para vivir» (Lc 21,4).

5 Ahora podemos tener agenda y directorio en el teléfono celular; y hacer pagos con él.

6 Como dicen los novios el día de la boda.

7 Como dicen las/os religiosas/os el día de la profesión perpetua.

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