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P. Fernando Torre MSpS

Darle a Jesús las flores y las ramas, el tronco y la raíz

Concepción Cabrera se sirve de la metáfora de un árbol, para invitar a su hija Teresa de María a entregarse totalmente a Dios: «Entrégate hoy al Señor incondicionalmente, toda, sólo y siempre para Él, permaneciendo en su amor. Hay que dejar de existir, y darle a Jesús no sólo las flores y las ramas, sino el tronco y la raíz»1. ¡Cuánta sabiduría y fuerza motivacional contienen estas palabras!

Las flores y las ramas2 –podríamos añadir: las hojas y los frutos– son la parte bella del árbol, lo más visible y llamativo; lo que muchos valoran, pues genera oxígeno, brinda sombra, perfume, color y alimentos. Con alegría y gratitud, démosle a Jesucristo las flores y las ramas de nuestra persona.

Además de flores y ramas, hay que entregarle a Dios «el tronco y la raíz».

El tronco de un árbol es áspero, soporta el peso de las ramas; pocas personas le prestan atención. En el tronco, los enamorados graban sus nombres con navajas, los jóvenes encadenan sus bicicletas, otros amarran cosas o fijan letreros, y hasta los perros orinan sobre él. Muchos quisieran cortarlo y transformarlo en madera o hacer leña de él. Con realismo y generosidad, démosle a Jesucristo el troco de nuestra persona.

La raíz sostiene el árbol y obtiene los nutrientes y el agua que necesita para vivir. Al mismo tiempo, la raíz es lo oculto, lo desconocido, lo que está en contacto con la tierra, lo manchado, lo que tiende hacia abajo, lo que huye de la luz. Con humildad y arrepentimiento, démosle a Jesucristo también la raíz de nuestra persona.

Al impulso del Espíritu Santo, entreguémonos «hoy al Señor incondicionalmente», «permaneciendo en su amor», hasta «dejar de existir». Entreguémonos como lo hizo la Virgen María; le dice al ángel: «Aquí tienes a la esclava del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra» (Lc 1,38).

1 Carta escrita el 23 oct 1911, en Cartas a Teresa de María, México 1989, 115

2 En dos artículos anteriores comenté partes de este texto; veamos ahora la metáfora del árbol: flores, ramas, tronco y raíz.

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